domingo, agosto 26, 2007

Otro Leviatán


En el libro de Job, se cuenta la historia de un hombre que cae en desgracia. Una catástrofe arrebata la vida a sus hijos, pierde todas sus pertenencias y una enfermedad daña incesantemente su cuerpo. Job, quien ha llevado una vida ejemplar a los ojos de los demás, no entiende el castigo que, dice, dios le ha dado. En una de sus noches de desesperación maldice el día de su nacimiento: “¡Ojalá hubiera sido una noche estéril, en que faltaran los gritos de alegría! ¡Ojalá la hubieran maldecido los hechiceros, que tienen poder sobre Leviatán!” (Job 3, 7-8). Unos siglos más tarde, Benjamin Sachs, conoció esa misma desesperación, había caído en desgracia, levantó la voz en contra de sí mismo, perdió su trabajo, a su mujer y después fue capaz de quitarle la vida a otro hombre; aunque, hasta entonces, había llevado una vida recta.
En el siglo XVII, en Inglaterra, un hombre que aseguraba ser gemelo del miedo, pues su madre había dado a luz prematuramente por el terror que infundía la armada española en las costas británicas, publicó una obra titulada Leviatán. En ella trata de ver cómo se genera un Estado a partir de una situación hipotética en que todos son libres de hacer lo que quieran y no son castigados por ello. A partir de este denominado estado de naturaleza, los hombres, que temen morir en las manos de otro hombre, deciden delegar el monopolio de la violencia al Estado haciendo un contrato originario. En el soberano, que resulta de dicho contrato, laten los corazones de todos los hombres que lo hicieron, pues es creado por quienes son su materia prima, por lo que si uno lo daña estará dañándose a sí mismo.
A principios de los años 90, Paul Auster publica una novela que lleva por título Leviatán. El personaje cuya vida es narrada en la novela, Benjamin Sachs, dice, al final del primer capítulo, que la primera lección de teoría política que aprendió es que “la libertad puede ser peligrosa. Si no tienes cuidado, puede matarte”. A lo largo de su vida, este personaje, escritor, vive de la fama que le da su única novela, El Nuevo Coloso, que relata la vida en América entre 1876 y 1890. Comienza en el año del centenario de Estados Unidos y recorre los hechos que suceden durante la década y media siguiente. El libro fue publicado al término de la guerra de Vietnam, a fines de los 80 este libro sólo se podía encontrar en librerías de viejo, corrió con la misma suerte que su autor –no porque a él lo encontraras en esos lugares-, pues esa década marcó la decadencia del modelo bipolar de la posguerra.
La novela comienza con la explosión de una bomba que mató a un hombre, al parecer desconocido. Como en otras novelas de Auster, se entre lazan vida y destinos, por lo que descubrimos que aquel muerto es Benjamin Sachs. Después de matar a un hombre, decide que la mejor manera de resarcir los daños a la familia es ayudándolos, por lo que decide ir con su esposa e hija. En esta estancia descubre la biografía de quien había matado era un libertario, un anarquista, seguidor de Bakunin y Proudhon. Sachs descubre que la obra de Dimaggio estaba inconclusa por lo que decide convertirse en un “fantasma de la libertad”. Quiere recordarle a América que se ha olvidado de su identidad, por ello pone bombas en las réplicas de las estatuas de la libertad que hay a lo largo del país. Sin embargo, su compromiso político lo mata. Como Hobbes, sabía que la libertad puede ser peligrosa, como Job invocó al monstruo de los mares, como nosotros tomó conciencia de la libertad.

sábado, agosto 18, 2007

Anécdotas Literarias

Mario Vargas Llosa cuenta que un profesor de literatura explicaba a sus alumnos que una novela digana de ser llamada así requería de cuatro elementos indispensables: religión, aristocracia, sexo y misterio. A lo largo del año, el profesor remarcó el mismo principio tantas veces como pudo. Al final del curso, los alumnos debían entregar una novela. El profesor recibió trabajos de todo tipo, unos muy extensos, otros no lo eran tanto. Un alumno entregó una sola hoja en la que se podía leer: "¡Oh Dios mío! - exclamó la marquesa-, esoy embarazada y no sé de quién."

miércoles, agosto 08, 2007

La Mala Educación


domingo, agosto 05, 2007

Rayos Isleños

Los rayos no pueden caer en el mar, se producen entre las nubes, de las nubes a la tierra y en pocas ocasiones de la tierra a las nubes. Lo que sigue es una explicación de cómo se producen las cargas eléctricas.
No se conoce por completo el modo en el que se cargan las nubes de electricidad, pero la mayoría tienen carga negativa en la base y positiva en la cima. Las distintas hipótesis que explican cómo se produce esta polarización pueden dividirse en dos categorías: las que requieren hielo y las que no. Muchos meteorólogos creen que el hielo es un factor necesario porque los rayos no suelen observarse hasta la formación de hielo en las capas superiores de las nubes. Ciertos experimentos han mostrado que cuando las disoluciones de agua se congelan, el hielo gana carga negativa mientras que el agua queda cargada positivamente. Si después del inicio de la solidificación el aire en ascensión arranca pequeñas gotas de agua de las partículas congeladas, estas gotitas se concentrarán en la parte superior de la nube, y el hielo, en agregados más grandes, descenderá hasta la base. Por otra parte, ciertos experimentos han mostrado que las gotas de agua grandes, con caída rápida, se negativizan, mientras que las gotas pequeñas que caen con mayor lentitud se vuelven electropositivas. Por tanto, la polarización de una nube es probable que se produzca por las distintas velocidades de caída de las gotas grandes y pequeñas. Como quiera que se forme, la carga negativa en la base de la nube induce otra positiva en la tierra situada debajo que actúa como la segunda placa de un condensador gigante. Cuando el potencial eléctrico entre dos nubes o entre una nube y la tierra alcanza una magnitud suficiente (unos 10.000 V por cm), el aire se ioniza a lo largo de una trayectoria estrecha, y se produce el destello de un relámpago. Muchos meteorólogos creen que esta es la forma en la que la carga negativa es transportada hacia el suelo y que así se mantiene la carga negativa total de la superficie de la Tierra.

Una nueva teoría sugiere que la polarización eléctrica de las nubes puede ser la causa de la precipitación y no una consecuencia de ella; asimismo postula que el potencial eléctrico existente entre la ionosfera —capa superior de la atmósfera— y la tierra induce la polarización. Según esta teoría, el flujo ascendente de aire caliente a través de una nube lleva consigo partículas con carga positiva que se acumulan en la cima de la nube y que atraen cargas negativas de la ionosfera. Estas son conducidas hacia la base de la nube por corrientes descendentes poderosas en la periferia de la nube; así se evita que las cargas opuestas se neutralicen unas con otras. Quizás el 90% de todos los rayos que van desde las nubes hasta el suelo son negativos; el resto son destellos positivos. Con menor frecuencia se pueden producir rayos desde la tierra hacia las nubes, en particular desde cumbres de montañas o desde objetos altos como las antenas de radio.

Estudios con cámaras de alta velocidad han mostrado que la mayoría de los destellos de rayos son sucesos múltiples compuestos de hasta 42 'rayos' principales, cada uno de los cuales está precedido por un rayo guía. Todos siguen una trayectoria ionizada inicial que puede ramificarse junto al flujo de corriente. El intervalo medio entre rayos sucesivos es de 0,02 s, y 0,25 s el intervalo medio entre destellos. Puesto que la duración de un rayo no supera los 0,0002 s, los lapsos entre rayos ocupan la mayor parte de la duración de un 'destello'. Los llamados rayos en láminas son sólo la reflexión de uno ordinario en las nubes. Los rayos en bola son un fenómeno raro en que la descarga toma la forma de una bola luminosa y lenta que a veces estalla y otras simplemente decae.

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